En muchas ocasiones relacionamos al estilo romántico con la idea de espacios sobrecargados, aunque este pensamiento es totalmente erróneo.
La decoración romántica se caracteriza por su elegancia, sutileza o encanto y es mucho más fácil de adaptar a tu hogar de lo que imaginas. Hoy nos vamos a centrar en el dormitorio y con solo cambiar algunos elementos como la pintura, un cabecero de forja y algunas cortinas conseguirás un efecto totalmente diferente.
Para los colores de la pared elegiremos tonos pastel o muy claros como blancos, beiges, malvas, rosas o verdes. Por otro lado, si ya tienes pintadas las paredes en tonos neutros, puedes ahorrar dinero y pintar una de las paredes con un tono más profundo como burdeos o carmesí. También, otra opción es utilizar papel para la pared en la que se vaya a colocar el cabecero de la cama.
Otro de los detalles que más estilo darán a tu dormitorio romántico será optar por un cabecero de forja. Tanto si es de formas redondeadas como si es de líneas rectas encajará a la perfección y otorgará ese aire íntimo y delicado.
Además, otro de los puntos fuertes para conseguir ese efecto etéreo es usar un dosel. Podemos comprarlo ya hecho, pero si queremos personalizarlo a nuestro gusto, es muy sencillo y aquí vamos a enseñarte cómo se hace uno que cuelgue del techo.
En primer lugar, mediremos el ancho y largo de la cama. Después, añadiremos al ancho 2 metros por cada lado y al largo otros dos metros por cada lado. Nosotros nos hemos decantado por la tela de tul blanca.
Posteriormente, del ancho extra que hemos calculado realizaremos dos cortes por los laterales dejando dos metros en el centro sin cortar y otros dos cortes a lo largo dejando la misma medida para así poder crear los cuatro extremos que caerán desde el techo.
Después, marcaremos en el techo con una tiza las cuatro esquinas que corresponderían a la medida de nuestra cama y a continuación pegaremos ganchos autoadhesivos en cada uno de los puntos.
En nuestro caso, como hemos elegido una tela que casi no pesa podemos usar este tipo de ganchos, pero si en tu caso te decantas por alguna más tupida, puedes utilizar ganchos que se atornillen.
También, hemos situado en la tela los cuatro puntos correspondientes de las esquinas de la cama y a éstos les hemos añadido 50 cm para que quede holgado cuando se cuelgue.
Una vez hemos los hemos marcado, haremos pequeños agujeros en los que pasaremos un cordel y realizaremos un nudo lo suficientemente ancho para que cuando tiremos no se escape la tela.
Finalmente, la colgaremos y como detalle podemos recoger cada extremo con cordeles para que se pueda acceder a la cama fácilmente.
Por otro lado, para la ropa de cama siempre apostaremos por tejidos esponjosos y por superponer diversas capas.
De esta forma, los edredones serán de plumas para dar ese toque mullido y colocaremos otras colchas y algunos cojines con estampados diferentes para dar así un mayor efecto de volumen.
En cuanto al estilo de la ropa de cama, siempre combinaremos colores neutros con algunos algo más llamativos o estampados.
De hecho, un truco para lograr un ambiente más relajado y romántico es colocar hierbas aromáticas o bolsitas de perfume dentro de los cojines para que cuando te dejes caer inunde la habitación de la fragancia que más te guste.
Para la iluminación, elegiremos lámparas de techo que sean bastante grandes, de tipo araña con cristales o con forma de velas.
Por último, podemos añadir algunos detalles como jarrones, alfombras o flores para tener nuestro dormitorio romántico.