El reciclaje está muy de moda y seguro que en nuestra casa tenemos algún objeto que ya no usamos y que le podemos dar un nuevo uso de una forma muy original. Cabeceros de forja, puertas antiguas, maletas, cunas, cajas de madera, latas de conservas y hasta pianos podrán tener una nueva vida que dará estilo a diversos rincones.
Por ejemplo, ¿tienes una mascota y quieres darle un rincón especial? La solución es más sencilla de lo que piensas. Seguro que tienes en algún sitio perdido una maleta antigua que ya no usas porque esté rota o simplemente pese mucho. Pues ya puedes darle una nueva vida.
Simplemente has de elegir la mitad que en mejores condiciones se encuentre y anclarle cuatro patas con tornillos. Finalmente, añadiremos un cojín que sea lo suficientemente grueso y mullido para que llegue al borde de la maleta y así tendremos nuestra cama para mascotas.
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Por otro lado, si tienes cajas de madera antiguas de las de transportar frutas o botellas, puedes hacerte una estantería única para tu hogar. Las cajas retro te ofrecen muchas posibilidades porque las puedes pintar del color que desees y las puedes fijar a lo largo de la pared tanto separadas como juntas, para crear tu estantería personalizada. En este caso, hemos optado por barnizar dejar su aspecto original y colocarlas pegadas para crear nuestra estantería retro.
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Los pianos, si no se cuidan bien suelen estropearse y finalmente cuesta más repararlos que comprar uno nuevo. Si este es tu caso y tienes un piano en casa que ya no funciona y que no sabes qué hacer con él porque ocupa mucho espacio, aquí te damos la solución.
Saca tu piano de cola al jardín y conviértelo en una majestuosa fuente.
En este caso, lo mejor es aplicar al piano algún producto que lo proteja de las inclemencias del tiempo e instalar un sistema de circuito cerrado de tuberías para que nuestra fuente no desperdicie agua. Finalmente, colocaremos dentro del piano aquellas plantas que más nos gusten y tendremos una fuente muy original.
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Todo el mundo utiliza latas de conserva de algún tipo en nuestro día a día. Pues bien, con este sencillo truco de reciclaje podemos conseguir pequeños espacios de almacenamiento muy originales en nuestras paredes.
En primer lugar, iremos recopilando unas pocas latas a las que retiraremos las tapas por completo y que lavaremos para eliminar restos y olores.
Una vez tengamos unas pocas guardadas, las forraremos por los laterales con las tiras de papel que más nos guste y las fijaremos a una tabla de madera. Para terminar, sujetaremos la tabla a cualquier pared y así ya tendremos una estantería única para guardar nuestras toallas.
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También, si tenemos una puerta con cristaleras que nos gusta pero que ya no nos sirve, una buena forma de reciclarla es convertirla en nuestro marco de fotos ideal. Tan solo tenemos que pintarla en el color que más nos guste y limpiar bien sus cristales. Nosotros, la hemos dejado con un efecto desgastado y hemos aplicado un barniz.
Después, colocaremos con esquineras o celo las fotos en los cristales formando un mural de recuerdos y colocaremos la puerta en el rincón que más nos guste.
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Otro clásico de los hogares, tu bebé ha crecido y ya no le sirve su cuna. Pues bien en estos casos, el cambio es tan sencillo como quitarle uno de los laterales y colocar en la base una pizarra para que puedan dibujar todo lo que quieran. Además, con este truco no sólo reciclas la cuna sino que te ahorras otro mueble, ya que ahora tienes una mesita adorable para sus momentos más artísticos.
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Por último, los cabeceros de forja se pueden convertir en cosas realmente increíbles. Si tienes algún cabecero de cama que esté roto o que ya no te sirva porque sea de alguna cama pequeña, le puedes dar un uso realmente sorprendente y único.
Sácalo al jardín y conviértelo en una jardinera con estilo. Tan sólo has de colocar en su interior macetas con las flores que más te gusten e ir jugando con sus colores para crear formas o patrones. Así, conseguirás un jardín colorido y espectacular.
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