Buscando inspiración para el tema propuesto en diariodeco11 decorar con plantas», me encontré con esta foto…y me pareció algo realmente original y divertido, plantas flotantes.
Lo primero que pensé es en cómo hacer para regarlas, así que me puse a buscar información sobre ellas. Estas plantas reciben el nombre de Kokedama (bola de musgo) es una técnica japonesa que surgió en la época de los 90 y que poco a poco se está extendiendo por Europa. La técnica para cultivar este tipo de plantas es más sencilla que la de los bonsái.
Las plantas no se nos dan demasiado bien, aunque el romero y el aloe vera que tenemos aguantan estoicamente en el balcón. Las plantas de interior no me gustan demasiado, pero el kokedama me parece muy divertido, así que vamos a ponernos manos a la obra e intentar hacer uno. Lo primero que tenemos que decidir es que planta vamos a usar. Yo tengo una pequeñita que contra todo pronostico, sobrevive en la torre de mi ordenador desde hace un mes, es de interior, un kalanchoe rojo y tiene poco desarrollo , así que nos vale.
Una vez elegida la planta, necesitamos:
- Musgo seco(lo encontré en una floristería, aunque me costó un poco, en un vivero me aconsejaron que lo buscara en el monte) Este musgo nos resultó bastante difícil de colocar pero cómo se nos echó el tiempo encima, no hubo opción a cambiarlo por otro. Lo dejamos un buen rato a remojo antes de usarlo.
- Tierra para bonsai
- Sustrato universal
- Agua
- Cordón de algodón
El procedimiento es sumamente fácil. Se saca la planta con mucho cuidado de la maceta y le quitamos toda la tierra posible para dejar casi al aire las raíces.
En un barreño mezclamos tres parte de sustrato universal con el akadama o sustrato para bonsáis y le añadimos el agua.
Nosotros pusimos demasiada agua a la tierra y a mitad del proceso nos tocó empezar de nuevo porque estaba demasiado empapada como veis en esta foto.
Conseguimos una mezcla más homogénea y empezamos a darle forma de bola a nuestra planta con paciencia y cuidado
Nos quedó una kokedama redonda.
Una vez que alcanzó el tamaño que deseábamos empezamos con la ardua tarea de colocar el musgo. Se nos caía por todas partes así que fuimos fijándolo con la cuerda de algodón.
Nuestro kokedama empezó a perder su estilizada forma redonda y cada vez más nos parecía una piña…
Seguimos rodeando la bola con la cuerda por todas partes para que no se nos callera el musgo.
Lo siguiente que hay que hacer es sumergirlo en agua hasta que dejen de salir burbujas, esperar a que escurra bien y colocarlo en el lugar elegido, una bandeja bonita, cualquier superficie plana, o colgarlo. Nosotros no le hemos sumergido en agua porque cuando terminamos con el musgo, la tierra aún goteaba, así que lo hemos dejado escurriendo. En cuanto podamos lo colgamos, y hacemos el siguiente.
Es la primera manualidad que nos atrevemos a hacer y a documentar, hemos disfrutado mucho con ella, ya que el peque nos ha ayudado a amasar el barro, a poner el musgo… nos hemos divertido mucho.
El resultado no es totalmente el que esperábamos, pero tenemos un bonito kokedama piña. Hemos aprendido algo nuevo y nos hemos reído mucho en el proceso.
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