¿Conoces la historia de la forja? Este arte tiene una tradición que se remonta a hace miles de años. Si echamos la vista atrás, descubrimos que en el Antiguo Egipto ya se utilizaban distintos utensilios de hierro. Y, gracias a la historia y arqueología, también sabemos que mucho tiempo antes ya se usaban adornos fabricados con metales forjados.
Poco ha cambiado miles de años después. Aunque se han descubierto técnicas mucho más rápidas e innovadoras, la base del trabajo en forja sigue siendo la misma: calentar un mineral de hierro hasta que se vuelva maleable y darle la forma que queramos utilizando diferentes utensilios.
Un trabajo artesanal que nos permite crear piezas resistentes y duraderas. Muebles con una belleza especial, fruto del esfuerzo y el trabajo duro de los herreros. Un oficio de tradición del que nos enorgullecemos en Forja Hispalense.
Por eso, queremos dedicar este post su historia. Te contaremos cuáles fueron los inicios de la forja y cuándo se convirtió en un oficio. Para rematar, también nos gustaría contarte un poquito de nuestra historia, resaltando por qué en Forja Hispalense estamos orgullosos de nuestra tradición.
Los inicios de la forja
No puede fecharse con exactitud cuándo se descubrió por primera vez que el hierro podía fundirse para crear diferentes productos y artefactos. Aunque, los arqueólogos encontraron multitud de herramientas de hierro en Egipto que datan del año 3.000 a.C. Y, además, también ha habido hallazgos de adornos trabajados en metal que datan de muchos siglos antes.
Por otro lado, en la Antigua Grecia ya se empezaron a mejorar las técnicas para trabajar el metal. Sobre el año 1.000 a.C, los griegos ya eran capaces de endurecer armas de hierro con tratamientos térmicos.
Mientras, los romanos se convirtieron en todos una expertos sobre el metal; investigando desde los procesos de obtención hasta cómo afectaba la procedencia a su calidad.
Es más, cada vez que conquistaban cualquier zona se llevaban todo el hierro que encontraban y a los artesanos capaces de modelarlo. Los romanos fabricaban de todo con este material: esculturas, rejas, adornos y hasta monedas para la clase más baja del imperio. Gracias a ellos, se avanzó muchísimo en el trabajo de la forja, que empezaba a convertirse en un trabajo profesional.
¿Cuándo se convirtió en un oficio?
Tal y como hemos comentado anteriormente, en la Antigua Grecia y durante el Imperio Romano comenzó a aumentar el interés por el trabajo con metales. Es más, ambas mitologías hacen referencia al trabajo de herrero. Se trata del dios griego Hefesto, Vulcano para los romanos, que tenía su fragua en un volcán y era el encargado de crear las armas del resto de dioses.
Este, además, era el protector de la artesanía, la escultura y el fuego. Esto nos hace ver la importancia de este trabajo para estos imperios y,además, podemos ver cómo esta artesanía no era entendida solo como una forma de fabricar armas sino como todo un arte.
Y, por supuesto, en la Edad Media el oficio de herrero era imprescindible. Convirtiéndose en una reputada profesión que se agrupaban en organizaciones conocidas como gremios. Estos especialistas aseguraban un trabajo de primera calidad, especializándose en armas, materiales de la construcción u otros elementos como el herraje de animales.
La Revolución Industrial supuso un cambio para este oficio. Se requería una mayor producción a un menor coste por lo que muchos talleres cambiaron su sistema de trabajo, convirtiéndose en fábricas. Sin embargo, algunos herreros quisieron seguir fieles a las técnicas tradicionales y siguieron transmitiendolas a sus discípulos, logrando que aún las conservemos hoy en día.
Forja Hispalense, orgullosos de nuestra tradición
En Forja Hispalense hemos sido testigos, precisamente, de ese trabajo artesanal y de cómo se transmite generación tras generación.
Nuestra empresa familiar cuenta con más de 35 años de historia y una gran experiencia a sus espaldas. Nació como un negocio basado en la fabricación y venta de cabeceros de forja, iluminación y todo tipo de muebles para interior y exteriores. Pero, también como algo más.
Nuestra tradición nos viene de un abuelo, un herrero que vivía en un pueblo y que tuvo que emigrar a la ciudad, y de un padre, una persona creativa y emprendedora que poco a poco se fue ganando un nombre en el sector. De ese trabajo surgió Forja Hispalense hace más de tres décadas.
Continuando con esa tradición y uniéndola con la tecnología, Forja Hispalense se convirtió en un proyecto en pareja que en 2011 comenzó a darse a conocer al mundo gracias a nuestra primera web.
En nuestra tienda de Sevilla seguimos atendiendo a nuestros clientes, ofreciéndoles todos nuestros consejos y haciéndoles llegar los mejores muebles clásicos y tradicionales. A la par que también les presentamos propuestas más originales e imaginativas. Todas con una cosa en común: el trabajo artesano que heredamos de los que vinieron antes de nosotros.
Mientras, gracias a nuestra tienda online, podemos dar a conocer nuestros productos por todo el mundo. Ofreciendo a todo el que quiera nuestra ayuda y asesoramiento para que puedan disfrutar de los mejores muebles de forja. ¡No te olvides de echar un vistazo!